Buscar este blog

lunes, 9 de enero de 2017

CON EMPLEO PERO SIN TECHO

“En el mundo hay más de cien millones de personas sin hogar”, indica la ONU, eso significa que aproximadamente 1 de cada 60 seres humanos no tiene una vivienda digna. El verdadero alcance del problema, sin embargo, es difícil de precisar.

La definición de “persona sin hogar” puede entenderse como aquella persona que no cuenta con una vivienda digna. Eso incluiría a todas las que viven en condiciones por debajo de lo que se considera aceptable en determinada sociedad. Hay quienes viven en la calle o en edificios abandonados o en ruinas, mientras que otros se refugian en albergues para indigentes o se alojan temporalmente en casas de amigos. En cualquier caso, cuando se cataloga a alguien de "persona sin hogar", significa que se encuentra en un estado en el que hay que hacer algo por él. Las personas sin hogar tampoco pueden ser consideradas, forzosamente, “mendigos”, pues no todos piden dinero en las aceras; algunos trabajan o viven de las ayudas sociales y la caridad organizada.

Asimismo, se calcula que en Polonia, país con cerca de 40.000.000 de habitantes, hay nada menos que 300.000 personas sin techo. 

Pero, ¿Qué ayudas se les ofrece?

Por un lado, algunos albergues les brindan a estas personas servicios destinados a salir de su situación. Por ejemplo, les ayudan a conseguir asistencia económica del gobierno o de otras fuentes, asesoramiento jurídico y apoyo para restablecer las relaciones familiares. También les enseñan habilidades básicas, sobre alimentación, cocina, hábitos saludables y búsqueda de trabajo. El objetivo de tales consejos pienso que es que los jóvenes eleven su autoestima, se motiven y sean más independientes, para que así encuentren y conserven un hogar propio. 

Sin embargo, creo que no todos los albergues ofrecen la ayuda que a los afectados les vendría bien, además de estar la mayoría en malas condiciones, considero que los albergues no los prepara para la realidad del mundo exterior, al relacionarse solo entre ellos y aislándolo del mundo exterior. Por lo que tenderán a tener una visión deformada de la realidad. Aunque sí les ayudará a reducir la soledad, problema que provoca más angustia a la gente sin vivienda según un sondeo efectuado en Polonia. Es por todo esto, que es obvio que tales personas necesitan ayuda, pero no solo de tipo material, sino también de la clase que pueda aliviar su angustia y levantarles el ánimo. De esa forma, estarán preparados para afrontar y superar muchos de los problemas que los han llevado a su estado actual.

También, un dato relevante son los 52.000 personas sin hogar que hay en la ciudad más rica del mundo, Nueva York. Miles de desamparados se refugian en el metro y las bibliotecas públicas de Nueva York y más de 20.000 niños dependen de la ayuda humanitaria.

La población de 'homeless', personas sin hogar y carentes de los mínimos recursos, que vaga por los barrios de Nueva York equivale al total de habitantes de capitales españolas como Cuenca, Segovia o Huesca. 

Es preocupante estos datos, y que en Nueva York ya hay tantas personas sin hogar como en la Gran Depresión. Esto puede deberse a los alquileres y al precio de las viviendad, que son la bestia negra de los neoyorquinos y la causa principal. Los recortes de las ayudas a la vivienda, junto al vaciado de los sanatorios, han echado a las calles a decenas de miles de ellos.

La demanda y los planes inmobiliarios han hecho que un apartamento en Manhattan valga dos millones de dólares de media y el alquiler típico supere los 4.000 dólares al mes. La opción más barata, una habitación en un piso compartido (con ratones y radiadores prehistóricos), rara vez baja de los mil mensuales. Por eso, el neoyorquino gasta el 60% del sueldo en el alquiler, el doble de lo recomendado por el Gobierno para una vida sostenible, a lo que se le añade los recortes sociales.

Es de destacar el crecimiento de un 50% de personas sin hogar entre 2011 y 2015, hasta alcanzar los máximos actuales. 

Otro dato es que los blancos representan un 45% de la población de Nueva York, pero solo un 8% de las personas sin hogar. Los afroamericanos suponen el 60%. Además, la población más desamparada se concentra en la parte alta de la ciudad, entre Harlem y el Bronx, las zonas de mayoría negra y latina. 

Por último, he de añadir, que el problema en EEUU va más allá, ya que hay miles de personas que tienen trabajo, pero no techo. Hay trabajadores en Estados Unidos que acaban el turno, recogen sus bártulos y se van a dormir a un albergue para indigentes.

BIBLIOGRAFÍA

  • http://www.un.org/es/index.html
  • http://www.cinu.mx/onu/onu/
  • http://www.fundacionsmp.org/spip.php?article24

No hay comentarios:

Publicar un comentario